Quién puede practicar Yoga, puede ser, sin duda, una de las preguntas del millón de aquellas personas que comienzan a interesarse por esta disciplina y es muy probable que esta pregunta acerca del Yoga esté tan extendida, precisamente, por un error de conceptos.
Por decirlo de alguna forma, el Yoga es una disciplina que se ha puesto de moda en los últimos años y se ha categorizado, erróneamente, como un deporte, por lo que como en cualquier deporte, antes de comenzar a practicarlo nos asalta la duda de si cumplimos con los requisitos físicos ideales para llevarlo a cabo, de ahí la pregunta sobre quién puede practicar Yoga.
Para quién es el yoga
El Yoga es una disciplina, por lo tanto, no se reduce únicamente a una actividad física que, lógicamente la tiene, sino que va mucho más allá, se ocupa de encontrar en cada persona el perfecto equilibrio entre lo
- psicológico, lo
- espiritual y lo
- físico,
lo que se traduce en un bienestar integral.
La respuesta, por ende, a quién puede practicar Yoga es que cualquier persona puede hacerlo, niños, ancianos, hombres, mujeres, embarazadas, todos podemos practicar Yoga sin que nuestras condiciones físicas, nuestra preparación previa, la edad o cierto tipo de lesiones nos impidan alcanzar ese bienestar integral del que hablábamos y que el Yoga nos puede aportar.
Es el Yoga el que se adapta al momento y las condiciones de cada persona y no al contrario, no se trata de una competición en la que tu fondo físico lo es todo, es más, en cada etapa o punto de la vida de una persona el Yoga aporta una serie de beneficios, que con la práctica y el tiempo acaban llevando a todas las personas que lo practican al mismo punto, el bienestar, independientemente de cuál fue el punto de partida de cada uno de ellos.
Por ejemplo, en el caso de los niños, el Yoga les hace tomar conciencia de su propio cuerpo y les enseña una higiene postural que les prevendrán de muchas molestias y problemas musculares que se suelen padecer en edades adultas, así como reforzar su creatividad, canalizar esa energía desbordante propia de los niños, sociabilizar y eliminar posibles complejos tan característicos en la sociedad en la que vivimos.
Algo tan básico y que tan pocas personas llevan a cabo como es el aprender a respirar de forma correcta se vuelve fundamental, por ejemplo, para las mujeres embarazadas, de ahí que el Yoga no sólo no está contraindicado para embarazadas, además es beneficioso para ellas, tanto en la fase preparto como en la fase posterior, haciendo posible la gestión de las emociones cambiantes que provoca la revolución de hormonas, fortaleciendo la musculatura para el parto y evitando la aparición de la temida depresión postparto, algo que afecta a una de cada 10 embarazadas y que las priva de poder disfrutar de su recién adquirida maternidad en los primeros meses de vida del bebe.
Beneficios de practicar yoga
Como podemos comprobar el Yoga es una disciplina que abarca cualquier momento de nuestra vida y que tiene una respuesta para cada situación. Por eso, el Yoga también favorece a personas mayores aportándoles una flexibilidad que equilibre la falta de movimientos que suelen aparecer a ciertas edades, refuerza el equilibrio, algo fundamental para evitar las temidas caídas en estas edades y, una de las partes más importantes, ejercitar la mente y estimularla para retrasar lo máximo posible los problemas de pérdida de memoria. En este caso, como en el de las embarazadas, aprender a respirar bien se vuelve fundamental para la oxigenación de unas células deterioradas por la edad.
El Yoga abarca tantas posibilidades y beneficios que los facultativos médicos ya empiezan a recomendar la práctica del Yoga a pacientes para la rehabilitación de lesiones, llegando incluso estas recomendaciones al tratamiento de deportistas de élite, consiguiendo tras su recuperación alcanzar un mayor rendimiento.
A pesar de que el Yoga no tenga edad ni condiciones para ser practicado, sí es cierto que el Yoga se debe practicar siempre bajo la supervisión de un profesional, pues es este el que debe detectar cuáles son las necesidades y el punto de inicio de cada persona. El Yoga es beneficioso en un amplio espectro de situaciones, pero no llevarlo a cabo de una manera correcta y supervisada, como casi todo en esta vida, nos puede traer una serie de consecuencias poco beneficiosas.
Llegados a este punto, la pregunta inicial de quién puede practicar Yoga puede y debería ser transformada por: ¿quién no querría practicar Yoga?.
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